Balears vive un verano atípico en el que la actividad económica, fuertemente vinculada al turismo, ha caído abruptamente a mínimos excepcionales con motivo de la COVID-19. Este escenario promueve un importante esfuerzo de adaptación a nuevos protocolos y medidas de seguridad en la salud y la higiene para volver a operar, especialmente en los servicios de alojamiento, restauración o comercio, basados en la interacción persona a persona. Pero, sobre todo, se erige en una oportunidad única para abrazar las nuevas tendencias y reconstruir los pilares competitivos en una escena global que, en los últimos meses, se ha sometido a un ‘reset’ total. Desde esta perspectiva, las industrias experiencia, una de las diez industrias consideradas emergentes por la Comisión Europea, ofrecen grandes ventajas para reconfigurar radicalmente las cadenas de valor dominantes en el archipiélago y contribuir, de este modo, a forjar un nuevo liderazgo turístico que aspire a conquistar nuevas cotas de valor. El salto de la prestación de servicios a la creación de experiencias únicas, genuinas y conectadas emocionalmente con el consumidor no es difícil en Balears, pues atesora una masa crítica amplia, con conocimiento y expertise de negocio diverso e importante en torno a los segmentos vinculados a la cultura, el entretenimiento y el deporte, la tecnología, el marketing y la publicidad, la organización de eventos y la intermediación turística, así como actividades tradicionales como el alojamiento y la restauración. Reimaginarse en la intersección de las artes y los negocios con la creatividad y la tecnología aplicadas a la empresa como principales vectores de transformación es, pues, factible y altamente recomendable. Explóralo a través del nuevo itinerario estratégico de IMPULSA BALEARS.