Los efectos de la COVID-19 en la estructura
productiva de Balears: un aprendizaje para el futuro

El primer embate de la COVID-19 alteró la habitual estructura de pesos sectoriales en las cuentas regionales de 2020. Hoy, conocidos estos datos, es posible afirmar que potenciar los servicios intensivos en conocimiento es una apuesta estratégica para las islas, no solo para impulsar la creación de valor añadido, sino también para incrementar la resiliencia del tejido productivo regional. Particularmente, las restricciones a la actividad y la movilidad del primer ejercicio de pandemia afectaron, sobre todo, a la generación de valor de los servicios, si bien los denominados ‘servicios intensivos en conocimiento’, por su predisposición a basarse fuertemente en tecnología avanzada y/o conocimientos profesionales, científicos y técnicos, elevaron su aportación a un tercio del valor añadido balear. En esta apuesta, observamos que las actividades vinculadas a la cadena turística de valor atesoran una elevada capacidad de tracción en el desarrollo de los servicios más avanzados, pues suponen una tercera parte de su demanda de consumos intermedios. De ahí, que recorrer el perfil productivo de nuestro territorio, municipio, a municipio sea decisivo para trazar estrategias orientadas a aprovechar la recuperación de los marcadores de actividad y empleo prepandemia para dotar de resiliencia a nuestra estructura productiva frente a próximas perturbaciones. No podía ser, pues, más provechosa la sesión del Ágora-Impulsa que hemos celebrado con alcaldes y agentes de desarrollo local en la sede de la Federación de Entidades Locales de las Illes Balears (FELIB).

 
 

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